lunes, 17 de marzo de 2008

El Recreo

El Recreo es una página web dedicada a la literatura. Un sitio donde se toma en serio al participante y donde existen muchas formas de expresión. Se pueden publicar relatos, manuscritos, noticias, tiene un directorio de enlaces, promueve gratuitamente los libros publicados, y organiza reuniones entre los miembros, a quienes podemos conocer no ya virtualmente sino también en persona. Las fotografías de las “quedadas” son publicadas en la página con un recuento a cargo de uno de los participantes. Es un sitio recomendable y de los que he visitado, uno de los más serios. El administrador es Papillón, y a él y a su variado grupo de moderadores debemos el que sea un lugar seguro, agradable, y sobre todo muy bien llevado.

Dentro de la variada comunidad que forma parte de El Recreo existen escritores que empiezan a ser reconocidos, tal es el caso de nuestra querida Rosa Ribas, autora de las novelas “El pintor de Flandes” , Roca Editorial y “Entre dos aguas”, editada por Umbriel. Tuve el privilegio de leer su primera novela, y puedo decir que la admiro profundamente.

Escritores como José Gamboa, autor de "Etreum"; Pau Bonet, autor de “El prepucio de los Eunucos”, María Narro: con “Fotos de un adiós”; Rafael Martín Masot, un niño prodigio, con “Abulagos” y otros más que se abren paso en el mundo de las letras, participan activamente en los foros, dejando sus impresiones, publicando artículos, comentando los cuentos o las novelas; porque también existe un aparte para crítica de novelas publicadas, es decir, pasar por esa página es regodearse en cada uno de sus foros y subforos. Pero ahora puedo decir que El Recreo se encarga de cumplir los deseos de quienes desean publicar. Por una iniciativa que fue creciendo entre los miembros del portal existe un libro con veinticinco autores: “Tiempo de Recreo”,
Ver más.

Uno de los moderadores más activos es nuestro querido Diego Valmon, a quien últimamente vi lucirse en la presentación del libro en Alcalá de Henares. Se encontraban con él María Narro, y otros compañeros; ya anteriormente se había hecho otra presentación en Madrid con una concurridísima asistencia en las instalaciones de El Corte Inglés. Y próximamente se hará otra en Barcelona.
¡Bravo Papillón! Por tu incansable gestión.

En los foros de cuentos hay dos activas participantes: Leola y la misteriosa Ely. Ambas a la par que escriben, se dan a la tarea de leer cada uno de los cuentos que postean los foristas. Siempre tienen una palabra de aliento, y cuando hay que criticar, pues lo hacen sin ambages, pero siempre con criterio constructivo. Aún recuerdo un cuento escrito por las dos; una carta a un mismo hombre, una como esposa y la otra como amante, ¡vaya par! por supuesto, salió perdiendo el caballero.

Y hablando de caballeros existe uno muy singular. El caballero que ahora tiene Armadura Dorada. No es otro que Ephix, quien nos hace soñar con un amor imposible. No puedo dejar de hablar de Pepe, un moderador simpático y muy querido por todos, con un sentido del humor tan grande como él mismo. De Rafa León, que hablando de grandes creo que es el más alto de todos, pero que escribe los cuentos más cortos; una vez llegó a uno de una sola palabra. También es articulista. Del joven Phausto, de Foz; escritor y poeta, de Anais, la reina de las tablas; de Atenea, una andaluza que se las trae, de Irvgavilán. De Juliopez, un orador que no se amilana aunque se le pierdan los papeles, JuanNadie, y sus preciosos y larguísimos cuentos, de Venator, y su Talismán, de Zoquete con sus acertados comentarios, Agua Marina; alegre y participativa, Dama 13, notable cuentista, Luis Bermer con sus cuentos de terror, Javiconde y sus Casos Insolubles, Soldebreda y sus disímiles escalones, Messner, un buen lector de cuentos, Heathcliff, sí, el de Cumbres borrascosas, que es nuevo y ya pasó por aquí! ... ¡Son tantos! Y de tendencias literarias tan variadas que en el taller de escritura publican cuentos de cada género. Ahora están en el género negro, y creo que Poirot debía darse una vuelta por ahí a recoger ideas. Por último, también forma parte de esta agradable comunidad mi querido amigo Ricardo Lampugnani, lo conozco de los foros de YoEscribo, un colaborador desinteresado, a quien últimamente veo muy poco en El Recreo, pero que cuando aparece remueve sus cimientos.


Me siento en El Recreo como en mi casa, y doy gracias a Joana Pol, autora de El crimen de los dioses, por haberme registrado en “Colaboradores”, una nunca bien agradecida sorpresa, y aunque ella ha dejado de participar activamente en la página, ha dejado su huella con una serie de entrevistas que aún se pueden escuchar en el aparte de Entrevistas en la Radio.

Sí, amigos, creo que El Recreo es como su nombre, un buen lugar para pasear y participar.
http://www.el-recreo.com/home/

sábado, 8 de marzo de 2008

Mauritania


¿Qué por qué se llamaba Mauritania? Tal vez porque su padre se llamaba Mauricio y su madre Tania. No importaba, de todos modos todos le decían Mauri. Sólo a un forastero parecía importarle. Siempre iba por ahí haciendo preguntas absurdas. ¿Por qué vivían en una casa cuyo techo parecía que podría venirse abajo en cualquier momento? Pues porque siempre había sido así. ¿Por qué más?

¿Por qué ella tenía los ojos azules si sus padres era negros? ¿Por qué su hermana menor tenía el cabello rojo? El forastero la llevaba a un riachuelo y se lucía ante ella pescando, pero nunca atrapó un pez. Y ella nunca le preguntó ¿por qué pescaba donde no había peces? Tampoco le preguntó qué hacía un hombre como él merodeando por aquellos lugares. Decía que era un pintor, pero jamás vio que tomase una brocha, y había mucho que pintar, desde las cercas hasta las paredes descascaradas de las viviendas de ese poblado perdido. Nunca había escuchado que se necesitaba estar inspirado para pintar. Una vez su padre compró un bote de pintura roja y pintó la fachada de la casa hasta que el bote quedó vacío. No tuvo que inspirarse para eso. Pero el forastero era diferente. Él preguntaba y anotaba. Y siempre estaba meditando. No le bastaba con ser un fisgón, tomaba nota de todo cuanto le pareciera extraño. Y llenaba cuadernos. Un buen día desapareció y nunca más se le volvió a ver.

Muchos años después, cuando siguiendo los consejos del forastero había aprendido a leer, cuando sus cabellos pintaban canas y sus ojos azules habían perdido brillo, pudo comprender por qué un pintor necesitaba estar inspirado para poder pintar. Vio un libro exhibido en la única librería del pueblo. Lo tomó entre sus manos y reconoció en la portada su rostro cuando era joven, en la solapa estaba la foto del forastero, y el libro tenía por título: Mauritania.

viernes, 7 de marzo de 2008

Prosófagos Parte final

Turkesa... quise expresamente dejar para mi última sección a esta infatigable compañera sobrina de Mauro. Porque mi deseo secreto es conocer a su tío, digo yo que si un tío es capaz de servir de inspiración para sus cuentos, en definitiva el tío se las trae. Me interesó desde que supe que fue capaz de llegar vivo a tierra saltando con un paracaídas cerrado. Y fue un hecho de la vida real, como mi novela.
Leer a Turkesa es gozar con su familia, con sus bodas y por supuesto con su tío Mauro. En un estilo único, coloquial y con ironía argentina, sabe contar unas tragedias que harían palidecer a Shakespeare de pura envidia, sólo que sus muertos son de risa. La fiesta de la boda debe tener una continuación. Lo exijo, pues no me quedo tranquila hasta saber si el fotógrafo fue el causante del divorcio. Leer un cuento de ella es frotarse las manos y esperar qué se trae, con su lenguaje fresco, sus modismos, y su tremendo sentido del humor, una gozada, como dicen en España.

Pablo, creo que es el más joven de los foros, y uno de los pocos exponentes del género fantástico, del que confieso no ser muy afín. Sus crónicas de Salitrea me llevaron a un mundo dentro de una feria de diversiones que por momentos parecía el mundo de Alicia en el país de las maravillas, donde todo era posible, por imposible que fuese. Algo así como esos juegos de video que tanto gustan a mi sobrino Leonardo y donde los malos quieren matar a los buenos pero son los buenos los que ganan. Pero también he leído cuentos diferentes, recuerdo un post con varios microcuentos en los que pude apreciar su evolución en las letras. Él siempre tendrá una palabra de aliento, un saludo de bienvenida, un comentario benévolo, la verdad es que un cuento sin un comentario de Pablo se debe sentir muy solitario. Tengo muy buena imagen de él, y a pesar de nunca haber visto su rostro, me imagino a un chico agradable, sonriente y buena onda. Un chico con sangre de linaje real, pues clase es lo que destila.

Alma, emigró de Bibliotecas Virtuales a Letras Escondidas y fue allá donde la encontré. Y la invité a Prosófagos aunque yo no frecuente mucho ese foro. Una escritora que es fiel a sí misma, escribe lo que le sale del alma y se funde en los albores del Gólgota con la misma facilidad con la que nosotros tratamos de entender el catecismo cuando niños, pues todo lo que ella dibuja con su pluma tiene vientos de enigma, que sólo unos glíficos mayas son capaces de descifrar. Sus cuentos mágicos reúnen a las momias con los vivos, a la madre tierra con los ángeles que buscan el cielo bajo las aguas del océano. Toda una experiencia leer a Alma, que escribe para un público que busca más allá del significado de las letras.

Angel of Music, un nick que mezcla lo divino con la música, como muchos de sus cuentos, también la conocí en Bibliotecas, y después de mucha andadura ahora la veo en Prosófagos, ¡cómo se nota que los foros literarios son tan pocos! Nos alejamos y por fortuna nos volvemos a encontrar. La prosa de Angel es una mezcla de pensamientos poéticos, siempre que leo un cuento suyo tengo la impresión de leer belleza, a la par que reflexiones; después de pensar en sus ventanas me quedé con la sensación de que un día no muy lejano también trataré de mirar a través de una, cubierta con una losa. O me enredaré en la trampa de una tela de araña para que me lleve por caminos inconclusos...


Los participantes de este foro se han ido incrementando, hay muchos nuevos, con los que no he tratado y por tanto sería poco honesta dirigirme a ellos, tal vez algún día regrese por esos lares y tenga la oportunidad de leer sus cuentos y comentarlos, hacerlo ahora sería muy superficial, pues para dejar una semblanza se debe primero tener el contacto.