miércoles, 31 de marzo de 2010
Teo y la Segunda Edición
lunes, 29 de marzo de 2010
¡Qué riñones!
-¿Cuántos riñones tenemos?
-¡Cuatro! -responde el alumno.
-¿Cuatro? Traiga un fardo de pasto, pues tenemos un asno en la sala. -Ordena el profesor a su auxiliar.
-Y para mí un cafecito -replicó el alumno al auxiliar del maestro.
El profesor se enoja y expulsa al alumno de la sala.
-Usted me preguntó cuántos riñones “tenemos” -dice el alumno-. Tenemos cuatro: dos míos y dos suyos. Porque “tenemos" es una expresión usada en plural. Que tenga buen provecho y disfrute del pasto.
El alumno era el humorista Aparício Torelly, conocido como el Barón de Itararé (1895-1971)
El de arriba es un buen ejemplo de lo que tenemos que cuidarnos al escribir. Algunas veces es necesario ser específico, para no caer en ambigüedades.
B. Miosi
jueves, 25 de marzo de 2010
NOVEDADES
Sin embargo, no puedo mostrarles la novela porque cuando Vicsabelle, nuestra amiga bloggera, llamó para pedirla, le dijeron que habían tenido el libro pero que estaba agotado. Lo más probable, pienso yo, es que no hubieran muchos ejemplares, aunque dijeron que volverían a tenerlo en junio, pues hacen los pedidos dos veces al año. Por fortuna, Vicsabelle es perseverante, y dentro de unos días recibirá un ejemplar de El legado, ya que lo encargó por medio de una agencia. ¡Gracias Vicsabelle! ¡Qué maravilla poder contar con las facilidades que antes teníamos en Venezuela! Pero no se preocupen, que no los voy a atosigar con mis problemas políticos. De lo que quería hablar era de lo que se siente al publicar.
Voy a escribir esto en rojo por ser una cabezona: El año empezó con Alejandro Laurenza y la publicación de su libro infantil: EL DIARIO DE TOBA, bajo el sello editorial Croquis. Algunos de ustedes pronto lo harán; Lola Mariné en septiembre, Blas Malo Poyatos aún nos tiene en vilo con la fecha y la editorial, pero sabemos que lo hará por una muy importante, Marta Querol Benech publicará la segunda edición de su novela El final del Ave Fénix, este año. También debo contar a María Narro, autora de Fotos de un adiós, una novela desgarradora en la que cuenta su experiencia sobre la enfermedad que la aqueja: la Ataxia de Friederich, publicada hace un par de años; esta vez su nueva novela se llama Las Palabras del viento, y está en pleno proceso de presentación a editoriales. Y a estas horas que escribo no sé cuál será el resultado del Premio Azorín 2010, pero sobra decirles que deseo que lo haya ganado Maribel Soler, que tiene todo el mérito para hacerlo. Última hora: Acabo de enterarme que Maribel pasó la primera selección, luego la segunda, y finalmente quedó junto a la escritora Begoña Aranguren, autora del sello Planeta. Y adivinen: ganó Begoña. Aunque el jurado calificador consideró la novela de Maribel Romero era magnífica. Duele, pero me quedo con la convicción de que el premio lo merecía Maribel, y estoy segura de que publicará. Maribel: estoy orgullosa de ti.
Otros ya lo han hecho con bastante éxito, como Teo Palacios, hace poco, y dos nuevas amigas que no puedo dejar de mencionar: Ángeles Ibirika con Entre sueños, y Antonia J. Corrales con En un rincón del alma. Y por supuesto, nuestra súperventas: Arlette Geneve, con dos novelas casi simultáneas, El carcelero de Isbiliya y La venganza del Highlander, Francisco Guijón con El secreto de Nicea; y Federico Axat, con Benjamín.
Me entero con alegría de que Felisa Moreno publicará un libro de relatos; "Cuentos Inquietantes" y saldrá en septiembre. Tal vez sea buena idea que los compañeros que se especializan en relatos se pongan en contacto con ella y le pregunten cuál es la mejor forma de publicar cuentos, pues sé que hay editoriales especializadas en este género.
Guillem López Arnal, publicará el 10 de mayo: "La guerra por el Norte" bajo el sello editorial Grupo Ajac. Estoy escuchando la música y es ¡e s p e c t a c u l a r!
Así suena La guerra por el Norte
¡Disculpa, Guillem que no te haya incluido! No lo sabía.
Si hay algún compañero que esté por publicar y lo haya omitido, por favor, solo dígalo, y lo incluiré. Mi omisión tal vez se deba a mi extraordinaria falta de memoria o a que no me haya enterado, últimamente estoy casi abducida por la novela que escribo: El secreto, se llama por ahora.
Para un microcosmos como el nuestro, me refiero a los bloggeros que acostumbramos frecuentarnos, es un promedio de publicación bastante alto. Sin contar con los que están sobresaliendo en el mundo literario como Javier Pellicer Moscardó, colaborador de un par de revistas, una de ellas I Like Magazine, en donde su novela A la sombra de la luna se está publicando por entregas, y en la que además, hace entrevistas y escribe reseñas de las novelas de actualidad.
Otro que se ha perfilado como un cronista inigualable es Armando Rodera, que últimamente se codea con la élite literaria, ni más ni menos que con Arturo Pérez Reverte, y cada vez nos obsequia con sus detallados artículos, acerca de las últimas presentaciones de novelas, en un blog que no se pueden perder.
Víctor Morata Cortado, un compañero cuyo nombre y trabajo aparece en un montón de páginas, de manera que si él hace alguna reseña de sus novelas, con toda seguridad Google se llenará con sus datos de autor, y ahora coadministrador de El café del Autor, ha publicado sus historias del Mundo Mágico: Aire, tierra, Agua y Fuego, cada una de ellas con prólogos de compañeros(as); lecturas que recomiendo encarecidamente.
No puedo pasar por alto a Sergio G. Ros, que se ha tomado en serio lo del aprendizaje de la literatura y últimamente anda no solo leyendo a los grandes, sino limpiando a lo grande, sobre todo su biblioteca, y al mismo tiempo se ha destapado como un crítico sagaz, en Llegir en Case D’incendi, el Blog de Xavier Borrell. Felizmente le tocó leer mi libro en sus comienzos, de lo contrario hubiera tenido que soportar un chaparrón.
Pero lo que les estaba diciendo es que quería relatar las sensaciones que se tiene cuando se ha publicado. Al menos en mi caso. Al principio, cuando mi obra fue aceptada, (en ambas oportunidades) sentí una profunda satisfacción, podría compararla a la que se tiene cuando se rinde un examen y se pasa con una nota alta. Creo que en España lo llaman oposiciones. Luego viene el proceso por el que está atravesando Blas, las correcciones de los posibles dislates o erratas, las verificaciones históricas... y posteriormente, la espera por el día del lanzamiento en librerías del producto terminado. En las dos ocasiones me invadió una sensación de levedad, me sentí como si caminase por las nubes, ja, ja, pero al mismo tiempo, era consciente de que era un sueño realizado. Al estar lejos, al otro lado del Atlántico, no he disfrutado ver mis novelas en las vidrieras o al menos en los estantes de las librerías, y aun ahora, paseo por ellas y no veo El legado, así como no veo muchas de las novelas que supuestamente deberían estar. Pero no seguiré hablando de eso, ya he dicho que no los voy a atosigar con los problemas domésticos de esta tierra llamada Venezuela.
Creo que muchos(as) lo comprenden, y por ello mi agradecimiento es enorme, impagable, pues recibo de ustedes lo que yo no tengo oportunidad de vivir, y son las fotos, las crónicas de cómo hicieron para conseguir mi novela, contadas de una manera que solo los escritores pueden hacer, anécdotas que quedarán para siempre en mi corazón. No sé si algún día me convierta en una escritora famosa, o tal vez quede relegada en un rincón del tiempo, pero estos momentos jamás los olvidaré. Y como sé cuánto valen, cuando me entero que otros publican y pasarán por la misma experiencia, trato en lo posible de retribuir todo lo bueno que he recibido y sigo recibiendo de ustedes.
Muchas gracias, amigos, amigas, por estar ahí, por sus ánimos, por alegrarse con mis alegrías y por apoyarme, los llevo en mi corazón.
Una nota para los que desean publicar y aún no han podido hacerlo: Cuando una editorial les diga que la industria del libro está pasando por un mal momento, créanlo. Por una fuente fidedigna me he enterado de que el volumen de impresiones y de ediciones ha bajado entre un 20 a un 30%. Así que paciencia y a esperar un poco por tiempos mejores.
B. Miosi
lunes, 22 de marzo de 2010
Dos regalos: La promesa del highlander y El carcelero de Isbiliya, por Arlette Geneve
Arlette Geneve es el seudónimo con el que firma sus novelas, todas de género romántico, lo supe cuando leí tiempo ha, “El carcelero de Isbiliya” y lo corroboro ahora, con “La promesa del Highlander”, cuya continuación, a pedido de sus muchas admiradoras, está ya en librerías: “La rendición del Highlander”.
El género de novela romántica es uno de los más leídos, y Arlette cuenta con una audiencia femenina enorme, que atiborra las salas donde hace sus presentaciones, en las que más de una ocasión agota los ejemplares disponibles. Me consta que así ocurrió con la presentación de su “Carcelero de Isbiliya”, finalista del Premio Planeta y editada por Planeta. Supongo que habrá unos cuantos varones que también son sus seguidores; hoy en día es muy discutible el asunto de gustos o preferencias. Y conozco unos cuantos que son tan románticos como las que más.
Hice un alto en la novela que escribo actualmente para leer la novela de mi querida amiga, y hoy voy a dedicar esta pequeña reseña a “La promesa del Highlander”, pues el Carcelero ya lo había leído y reseñado con anterioridad.
Si algo puedo decir de las novelas de Arlette, es que sus personajes son inolvidables. Por la hermosura que destilan por todos sus poros, tanto hombres como mujeres, especialmente los protagonistas, (pueden apreciarlo en la sugerente portada) y la pasión que tan bien, sabe relatar la autora. La novela empieza en el reino de Castilla allá por el 1175, y termina en el Castillo del Verdial en 1199; 24 años que transcurren veloces, en medio de venganzas, arreglos, odios, amores, y desenlaces inesperados.
El Highlander, que no es otro que Kerien McFalcon de Waterfallcastle, es el personaje de esta novela, enamorado con locura de la castellana doña Violette María Gracia de Martel, joven y hermosa mujer obsesionada por los baños personales constantes, higiene a la que la gente de las tierras altas de Escocia no estaba acostumbrada. María llega en calidad de invitada obligada, y cambia la vida de estas personas, enseñándoles a vivir como seres humanos, erradica las enfermedades, las pulgas, los piojos y debido a ello genera graves problemas al poner en entredicho el liderazgo del señor de esas tierras, que no es otro que Kerien.
Kerien y María se enamoran y protagonizan escenas de alto erotismo, narradas con maestría por Arlette, quien no se detiene al mencionar a las cosas por su nombre, sin que por ello reste encanto y emotividad a las escenas. Sentimientos, pasión y erotismo; una mezcla candente que estoy segura muchos disfrutarán con deleite.
“La promesa del Highlander es una novela en la que el narrador se reserva algunos secretos que finalmente son develados en un epílogo de antología. Comprendo ahora el éxito editorial de Arlette Geneve: escribe con el corazón y hace gala de una imaginación sin límites.
¡Felicitaciones, Arlette!
lunes, 15 de marzo de 2010
Hijos de Heracles: El nacimiento de Esparta, por Teo Palacios
Teo ha sabido mezclar con maestría las leyendas griegas con la cotidianidad de los habitantes de Esparta, sus creencias en los dioses, el nacimiento de sus mitos, sus costumbres, su comportamiento, sus leyes y el aporte cultural que el espíritu de sus poetas dejó como legado para el mundo actual.
El personaje principal, Anaxándridas, hijo del rey de Esparta, Teopompo, a su vez hijo de Nicandro, de la dinastía euripóntida, en un prefacio habla en primera persona, justo antes de la batalla que significará la gran victoria espartana ante los mesenios dirigidos por el escurridizo Aristómedes. La novela está entretejida tan inteligentemente, que a medida que pasaba las páginas me adentraba en un mundo del que solo nos han llegado fragmentos. Lo que antes era un rompecabezas con las piezas mezcladas, empezaba a tomar forma: desde el origen de las fiestas a los dioses que son recordadas hasta nuestros días, hasta las Olimpíadas. Teo Palacios supo sacar partido hasta de las derrotas, como es el caso de la derrota de Hisias, a partir de la que se creó el festival de las Gimnopedias, o festival de los niños desnudos. A propósito de esto, es interesante ver que los espartanos veían el cuerpo humano de diferente manera a como se acostumbra ver en nuestro días. Hombres y mujeres hacen uso de su desnudez con naturalidad, así como costumbres que pudieran parecernos detestables, como la excesiva rigidez en la crianza de los niños, que para ellos significaba la supervivencia del más apto, o que en algunos casos algún espartano prototipo del hombre perfecto, actuase como semental; con el consenso del marido, para de esa manera contribuir a prolongar con sus genes una raza llena de atributos. O que se instaurasen las leyes de eutanasia, garantizando de esa manera una población libre de defectos congénitos.
Curiosamente, Anaxándridas, siendo el hijo menos amado de Teopompo fue quien dio la gloria final a Esparta, mientras que su hermano Arquidamo, tal vez más apto físicamente que él, optó por el camino del odio y de la venganza. La relación entre padre e hijo, me refiero a Teopompo y Anaxándridas, estuvo desde un principio muy bien definida, se podía sentir la frustración del hijo y el desprecio del padre, sin embargo, lograste que al final sintiera admiración por el padre, consecuencia de la propia admiración que sentía Anaxándridas por él. Le diste una personalidad humana, inteligente, y justiciera.
Me han gustado en especial las descripciones de los sentimientos: unas veces de dolor y de impotencia, otras de rabia y desilusión, y me ha parecido ver ante mis ojos esos hombres enormes, fuertes y valerosos, acostumbrados a la vida dura, en la que su principal meta era la defensa de su pueblo. No obstante, existe una parte oscura en toda historia, y en ésta se trata del sometimiento al que fueron víctimas los esclavos o hilotas, que a los ojos espartanos eran esclavos porque tenían que serlo, y por tanto, tratados como tales de por vida.
Hay partes preciosas, como el relato que Anaxándridas hace a su hijo Arquidiamo cuando estaba pequeño, por medio del cual, nos enteramos de la historia de Menelao y Helena, de una manera más fidedigna que las que nos ha mostrado la película Helena de Troya, por poner un ejemplo.
La novela es una delicia para los amantes de los dioses del Olimpo, de las costumbres griegas y de las leyendas que en esta obra aparecen con naturalidad, con unos diálogos bien llevados, con conversaciones inteligentes, que van respondiendo a las preguntas que uno como lector se va haciendo.
Comprendo ahora las dificultades para documentar la novela, como relataba Teo en su blog, ya que es un pedazo inolvidable de la historia.
B. Miosi
jueves, 11 de marzo de 2010
¿Censura?
Hasta hace unos años, lo más que podíamos hacer es enviar faxes, y antes de eso, el telex, (tal vez muchos de ustedes no lo hayan llegado a conocer), ¿pero sabían que el fax, cuyo nombre técnico es “telefacsímil”, y aunque hasta hace unos pocos años proliferaban por todas partes, fue un invento patentado el 27 de noviembre de 1843, antes que el telégrafo? El primer servicio comercial de fax fue inaugurado en 1865 y cubría el trayecto París-Lyon.
Ahora los descubrimientos son cada vez más frecuentes, los actuales modelos de teléfonos móviles, los ordenadores portables, los blackberries, con seguridad estarán obsoletos cuando termine de escribir este artículo. Todo ello nos proporciona comunicación, que parece ser la finalidad más importante para el ser humano,.
Los blogs son lugares donde podemos mostrarnos al mundo, exponer nuestras ideas, recibir respuestas, y cosa extraña, aunque se hable de “química” entre los humanos y animales para entablar cualquier tipo de relación, en la blogosfera existe un cierto tipo de química virtual, que hace que nos decantemos por algunos bloggeros más que por otros. Con frecuencia vemos que algunos sitios tienen múltiples visitas, y no se puede decir que sus temas sean más interesantes que otros, es un fenómeno que no he podido dilucidar.
Como escritora, veo el blog como una enorme ayuda para contactarme con mis lectores, para promocionar mis libros, y recibir opiniones, y todas, buenas o malas, las dejo en su lugar: “comentarios”, no suelo borrar los que no me gustan o en los que se me haya dicho algo con lo que yo difiera. Es una pena que algunos sitios no sean tan consecuentes con este pensamiento, que no es otro que la libertad de expresión, y esto, tratándose de un país donde existen plenas libertades, como es España. Lo traigo a colación porque acabo de pasar por una página web muy visitada en la que se hace crítica de libros, y he visto con asombro que de los veintitantos comentarios a una de mis novelas, solo queda uno. Supongo que la administración de dicha página consideró que demasiadas opiniones favorables no le hacían ninguna gracia y que no tenía por qué hacerme publicidad gratis.
En fin, lo comprendo. Felizmente que la gran mayoría de las personas que he conocido a través de la red demuestran ser más amigables, cooperadoras, el tipo de personas que cualquier escritor que empieza, desearía tener como amigas, pues para nosotros es muy importante esa palmada en la espalda que es tan reconfortante.
Desde Venezuela, un país donde las cosas cada vez son más complicadas, les envío un gran saludo, amigos, no saben cómo envidio a aquellos que pueden vivir en plena libertad, y que pueden decir y escribir lo que quieran sin temor. Por eso, es una pena que haya personas que viviendo en libertad, hagan uso de la censura para hacer prevalecer sus ideas.
B. Miosi
jueves, 4 de marzo de 2010
¡EL LEGADO EN BUENOS AIRES!
UN POCO DE HISTORIA
Sobre fines del 1700, la Gran Aldea abría los ojos a la cultura del mundo. Criollos conspiradores gestaban el nacimiento de la patria, dándose cita en el Café Eacute; de Marcos, que hacía cruz con el Colegio San Carlos, y en la botica del colegio, emplazada en las antiguas calles Potosí y Universidad (hoy Bolívar y Alsina), que tuvo el orgullo de ser la primera casa de altos allá por el 1785, y el privilegio de convertirse en la primera librería de Buenos Aires. Según cuentan los memoriosos, allá por el fin de la segunda década del 1800 se le asignaría popularmente el nombre de Librería del Colegio, con el cual cruzaría victoriosa los dos siglos de vida, y se convertiría en el único comercio que se mantiene, desde la Colonia, en el mismo lugar y con el mismo rubro que sirviera de pilar fundamental a la cultura de La Argentina.
Gracias, Mónica, ¡Sos grande!!