viernes, 28 de mayo de 2010

¡Llegamos a 30.000!

Hola, queridos amigos,

Me he fijado en el contador del blog, ¡y vi que en estos días ha sobrepasado el número 30.000!

Nunca he festejado la cantidad de entradas, pero esta vez merece la pena, creo yo. Quiero agradecer a tantos amigos que desde lugares lejanos apoyan este sitio con sus entradas; de vez en cuando hay alguno que otro que desaparece pero regresa y es lo importante, comprendo que no siempre se tiene el tiempo suficiente para dedicarlo a recorrer los blogs de los compañeros.

Empecé por allá en noviembre del 2007, cuando en el foro Prosófagos alguien sugirió la idea de que era bueno tener un blog, lo abrí sin saber nada de nada, simplemente quise investigar, y la primera experiencia no fue muy alentadora así que dejé de el asunto por unos meses para retomarlo con la publicación de mi novela La búsqueda en enero del 2008, al tiempo que abría otro para la novela.

Mi primer post en Blanca Miosi y su Mundo fue:
Mis Primeros Pasos
De ahí en adelante hice cambio de plantilla, agregué fotos, y empezó a fascinarme este mundo que hoy por hoy lo considero importante e imprescindible para mí.

Los visitantes al blog se han convertido en amigos de carne y hueso, ya no son simples nicks, me escribo con muchos de ustedes y conversamos como suele hacerse con viejos amigos, y hasta mejor, porque a las amistades que viven en mi país apenas las veo, y la mayoría no comparte mi vocación: la escritura.

Espero que sepan disculpar si por temporadas no soy una asidua visitante, pero se debe a que no soy escritora de tiempo completo, como casi todos los que empezamos en esto, mi tiempo está compartido; y si estoy envuelta en un nuevo proyecto literario, hay días en los que literalmente me desaparezco. Como últimamente: estoy dando los últimos toques a mi novela EL SECRETO, y como tengo la boca muy grande, ja, ja, le adelanté a mi agente que está casi lista y que es “la mejor novela que he escrito hasta ahora”. ¿Se imaginan cuántas veces escuchará ella eso? Ahora me veo con el apuro de entregarla, pero cosa rara: es así como mejor funciono.

Chicos y chicas: Muchas gracias una vez más por compartir una parte de sus vidas conmigo. Los quiero.

Blanca Miosi

sábado, 22 de mayo de 2010

EL ABUELO, cuento por B. Miosi

Cuando empezó a oscurecer sucedió igual que la noche anterior, y la anterior, y la anterior, las sombras de la casa se juntaron en una sola y de pronto todo quedó negro. Mamá había dicho que no tenía de qué temer, pues la casa era grande, pero inofensiva, sin embargo, yo la sentía demasiado oscura. Demasiado. Desde que fuimos a vivir a la casa del abuelo todo era diferente. Aún lo recuerdo echado en ese largo cajón al que todo el mundo se acercaba a mirar. Yo no hubiera querido hacerlo, pero mamá había dicho que sería el último adiós, y que había que respetar su partida, así que no pude evitar cerrar los ojos al ver su cara. No quería recordarlo con ese extraño peinado y tanto color en las mejillas; la piel del abuelo había sido de un agradable tono amarillento, y siempre andaba despeinado. Hasta sus ropas eran otras, pero eso a mi madre no parecía importarle, ella andaba más preocupada para que todos tuviesen su taza de chocolate bien caliente en esa fría mañana de enero. El abuelo dentro del féretro, como había dicho mamá, estaba resguardado, y por la tarde lo llevarían a la cripta, donde quedaría encerrado en un nicho. No estoy muy seguro de que hayan hecho un buen trabajo, y creo que el abuelo lo sabía porque cuando lo vi en el cajón tenía una cara de querer echarse a reír en cualquier momento, como cuando solía burlarse de todos. En cuanto amanezca entraré en el mausoleo y veré si es verdad que la losa que pusieron está bien sellada, se me hace que el abuelo anda suelto por ahí y desde la oscuridad se burla de nosotros, ¿quién si no, nos habría dejado sin corriente? ¿Y quién estaría apagando las velas cada vez que me doy vuelta?

La casa es muy grande para nosotros dos, espero que mamá cumpla su palabra y nos traslademos, pero según ella aún no es tiempo, dice que si nos vamos lo que nos dejó el abuelo irá a parar a un hospicio. Pero un año es una eternidad.

Siento que esta vez la oscuridad tiene forma extraña, se mueve, respira, me envuelve, cerraré los ojos y me taparé los oídos, tengo miedo. Quiero llegar a mañana, es mi cumpleaños, Quiero ver mis noventa velitas alumbrando la torta que me prometió mamá, estaré feliz de ver cómo se ilumina todo.

B. Miosi

martes, 18 de mayo de 2010

TENDENCIAS LITERARIAS

Con los avances informáticos y la facilidad de obtener datos que brinda la Internet, hoy en día es muy fácil ser escritor. Aunque no por el hecho de escribir, todo el que lo haga, necesariamente lo sea.
El asunto se complica cuando la persona siente el deseo íntimo de plasmar en palabras escritas lo que desearía que leyera todo el mundo, porque vamos a estar claros, se parte de la premisa de que se desea ser leído. Surgen entonces las complicaciones, porque no se trata simplemente de escribir, contratar una editorial y publicar. No. Una vez que se ha logrado autopublicar, la mayoría de los escritores desean pasar a otro estadio, empiezan a ser conscientes de que no es suficiente, es una cuestión de amor propio, orgullo personal, superación, o tan simple como probarse a sí mismo. Si fulano lo pudo hacer, ¿por qué no yo?
Publicar entonces se convierte en una obsesión, se empieza a perder el rumbo, los deseos iniciales de escribir y sentir placer al hacerlo, y la obra escrita se lee y relee, corrige recorta, alarga, hasta el punto en el que ya no se sabe bien si lo que se desea es publicar para que el mundo disfrute con la obra, o si lo que se quiere es competir.

Pero la competencia en un mundo tan complejo y reducido, debido justamente a la Internet, las redes sociales, los avances informáticos, hace que existan enormes cantidades de escritores tras las mismas editoriales, los mismos agentes literarios y cuando vienen a ver, todos reducidos a un mismo punto geográfico.


Surge entonces el estudio de mercado.


¿Quién lo iba a decir cuando frente a la pantalla en blanco nació la primera historia que parecía tan perfecta, tan única, tan sofisticada, tan…?


Resulta que para ser un escritor publicable no basta con ser un buen escritor, que ya es bastante difícil: se debe estar al día con las tendencias. Sí, señor. Las tendencias. Y no es algo que se haya implantado ahora, han existido desde que el hombre empezó a escribir para deleitar al público. Sucede que hoy todo es más rápido, violento, y como dicen: «global».


Por tanto, para poder llegar a la mesa del editor, o siquiera a que el manuscrito sea tomado en cuenta para su lectura, se requieren dos cosas: Una sinopsis breve (para que tengan tiempo de leerla) y un tema que cumpla con las tendencias. ¡Ah, me olvidaba!, debe, en lo posible, estar bien escrito.


¿Y cuales son las tendencias actuales?


En primer lugar:

Acción: La época del Ulises de Joyce quedó atrás, y aun creo que Joyce está reservado para unos pocos, con o sin acción.
Diálogos: Si un lector hojea el libro y ve partes extensas de descripción o narrativa, con seguridad lo dejará de lado. Ya no es tiempo para regodearse en supremos momentos de creación literaria.
Trama: Debe ser complicada y enredada, pero ojo: contada de tal manera que sea fácil seguirla.
Gancho: Una de las principales características es lograr atrapar al lector desde el primer párrafo de la primera línea. Hay algunos que en la primera línea describen una matanza: «Todos estaban muertos. El cielo se había oscurecido y aquello se alejaba a gran velocidad. Solo un niño de oscura mirada fue el sobreviviente: El elegido». Algo así.
Tema: Si es de oscuros secretos religiosos, tanto mejor, pero también se vale partes históricas desconocidas, confabulaciones de sectas para acabar con el orden mundial, vampirismo, (eso todavía rinde) magia envuelta en una pátina de realidad, y sería bueno contar con lo que llaman ahora novela negra. Un poco de romance no estaría mal (solo un poquito) y algo de sexo, preferiblemente no explícito, porque aunque parezca mentira, la gente que acostumbra leer prefiere otros métodos más gráficos, cuando se trata de calentarse.
Título: Es importantísimo. Puede ser tan disparatado como cualquiera de los títulos de Stieg Larsson, pero no lo recomiendo, a no ser de que tengan un nombre y apellido parecido al de él.

Creo que he cubierto todos los frentes. Si alguien logra cumplir los requisitos, comprenderá que para ser escritor hoy en día, es necesario empezar por el mercadeo.


B. Miosi

sábado, 15 de mayo de 2010

EL LIBRO, cuento por B. Miosi


Abrí el libro y lo primero que vi fue:

21-10-88


¡Para Frede en tu cumpleaños!

LOS BUFONES DE DIOS

Te dedico este bello libro. Sé que en el encontrarás mensajes espirituales que siempre llenan de regocijo el corazón del hombre. Y tu querido hijo se que lo vas a Disfrutar.
Tu vieja que te ama
Y amara por siempre.


Recorrí con la mirada aquella dedicatoria en caligrafía redondeada, dispareja, con evidentes faltas de ortografía y pensé:

La madre era aficionada a la lectura, también el hijo, Frede. Ella lo amaba y deseaba levantar su ánimo, Frede estaría pasando por momentos muy tristes, él era creyente, pero empezaba a dudarlo, probablemente atravesaría por una grave depresión debido al nacimiento de un hijo con retardo mental. Sus páginas manoseadas, la tapa plastificada con papel contact, la contraportada inexistente pero rehecha con cuidado, me decían que durante muchos años ocupó un lugar especial en alguna biblioteca. ¿Frede había viajado, no pudo llevar el libro consigo, y con dolor lo donó a un librero? ¿Por qué otro motivo podría deshacerse de un libro tan valioso? Cuando muere la madre se desea conservar lo que ella regaló con tanto amor. Tal vez el viaje de Frede había sido tan largo e irreversible como el de ella.

Di un suspiro y empecé a leer.

Nota: Compré Los bufones de Dios el jueves, cuando lo abrí y me topé con la dedicatoria, la tristeza invadió mi alma. Pensé en Frede, en su madre, y me pregunté: ¿Qué será de ellos? ¿Qué creen ustedes que pudo suceder para que Frede decidiera deshacerse del libro?

B. Miosi

miércoles, 12 de mayo de 2010

Algunas fotos de mi novela y un cuento

Como les conté anteriormente, mi hijo Enrique se encuentra en Lima por estos días, y paseando por las librerías ha tomado algunas fotos de El legado. Aquí van, espero de esta forma que conozcan un poco las librerías limeñas, fíjense: en una de ellas los libros ¡están plastificados! lo cual quiere decir que no se puede hacer eso que tanto nos gusta: echar una ojeada al interior, para ver el tamaño de las letras, o cualquier otro tipo de dato que nos pueda interesar.

Esta es la entrada de una de las librerías Crisol
En la primera foto: solo quedaba el libro que ven en la estantería.


















Aquí había tres ejemplares pero de ellos solo se veía el lomo, así que hubo que sacarlo y colocarlo como toda una estrella de cine, ja, ja... arriba: entrada de la Librería Época.

Y para que no digan que ya les tengo aburridos con tantas fotos de mi susodicha novela, a continuación les dejo un cuento:

Intercambio

La vieja parecía no darse cuenta de la repugnancia que inspiraba en la gente que pasaba a su lado. Todos trataban de evitar cualquier roce con su inmunda figura vestida de harapos. Tenía el cabello grasoso cubierto con una capa de suciedad impregnada quién sabe desde hacía cuánto tiempo, y el color de su piel era indefinible, lo único que resaltaba en su cara eran sus agudos ojos azules, debido al blanco marco de sus córneas.

Junto a ella un viejo cazo metálico igual de sucio, recogía las monedas que la gente dejaba caer. Siempre las suficientes. Le alcanzaban para comprar comida, cigarrillos y la cerveza que acostumbraba libar en su choza construida con pedazos de madera, plástico corrugado y láminas de latón, ubicada estratégicamente en las afueras de la ciudad, al lado de un basurero, el mismo que le servía para trasmutar sus necesidades fisiológicas en material bioreciclable. Casi había olvidado sentir el agua en su cuerpo, y vestir ropas limpias era una acción tan lejana que ni recordaba, ni le importaba. Aunque por ráfagas venían a su memoria recuerdos de una vida suntuosa, de cuento de hadas, que cada vez más parecían producto de su imaginación.

Aquella tarde estaba sentada como siempre, como una gárgola en su esquina, esperando que le llegasen algunas monedas, mirando al frente con la indiferencia con la que se mira volar a las palomas. Pasaban los mismos transeúntes apurados, los mismos niños cuyas madres aterrorizaban amenazándolos con ella si no obedecían. Siempre lo mismo. Todo siempre igual, estúpidamente igual. Nadie detenía sus pasos, solo se limitaban a arrojar las monedas para cumplir con algún remanente de conciencia. ¿A quién le importaba realmente una mujer abandonada? ¿Alguien se sentiría capaz de preguntarle qué sentía? ¿Qué la había llevado a ese estado? No. Seguro que no. Se hablaba de ayuda humanitaria, pero eso lo hacía la ONU o alguna organización similar y siempre en África. Por eso cuando vio un par de zapatos situarse frente a ella obstruyendo su visión hacia la nada, por primera vez dio muestras de estar viva. Movió los ojos en un atisbo de curiosidad y se encontró con un hombre de mediana edad, de mirada bondadosa, con los ojos puestos en su humanidad. Algo extraño, se había acostumbrado a que el mundo no desease verla. Se fijó en el individuo; llevaba puesta ropa de excelente calidad, su calzado demostraba su buen gusto, admitió ella, aunque vaya a saber cómo lo supo. Sólo sabía que era así.
—¿Cómo se llama, señora? —le preguntó el extraño.
Ella guardó silencio. De pronto sintió temor de perder su anonimato. Era lo único valioso que le quedaba.
—¿Por qué? —respondió con cautela.
—Por simple curiosidad. Llámelo cortesía. Permítame presentarme, soy Thomas Alcabok.
—Stefanie Mallory —respondió automáticamente la mujer. Sorprendiéndose a sí misma.
—¿A qué se dedica, madame Mallory?
—¿A qué le parece que me dedico, señor Alcabok? ¿Acaso cree que soy corredora de bolsa o que estoy gozando de los últimos rayos de sol de la tarde para dirigirme a mi limosina? —respondió Stefanie, sonriendo con cinismo.
—Tiene usted una preciosa sonrisa —señaló él.
Stefanie volvió a quedar en silencio. Hacía años no hablaba con nadie. Había olvidado conversar. No supo si reír o enfadarse. Era evidente que el hombre no trataba de tomarle el pelo.
—Déjeme en paz y siga su camino —dijo, mientras volvía el rostro. El hombre había logrado incomodarla.
—La he estado observando. Sé que usted no es esto —dijo el hombre sin hacerle el menor caso, mientras sus ojos miraban detalladamente su rostro y su ropa—. Sé que debajo de esa capa de mugre hay un ser humano, una mujer.
—¿Qué pretende usted de mí? ¿Por qué me dice eso? No pensará violarme... será mejor que se largue o llamaré a la policía.
—Hágalo. Creo que saldré mejor parado que usted. ¿Piensa que alguien le creería?
Stefanie cerró la boca. Era ridículo. Sabía que nadie querría hacerle ni siquiera eso.
—¿No ha pensado usted en cambiar de vida?
—Por supuesto. Quisiera ser la heredera de los Hilton. Me gustaría llamarme Paris.
—Concedido.
—¿Qué dice usted? ¿Con qué derecho viene a pararse frente a mí a humillarme con sus idioteces?
—Se lo concedo. Ya es usted la heredera de los Hilton. Se llamará de ahora en adelante Paris Hilton. Sólo le pido algo a cambio. No desaproveche su nueva vida y juventud, podría volver a las calles en peores condiciones, porque esta vez sabrá lo que ha perdido. Sólo cierre los ojos y piense en el firmamento, relájese. Listo.

Al abrir los ojos, Stefanie se encontró en la habitación más hermosa que hubiera imaginado en sus pensamientos más febriles. Se miró a sí misma y no lo pudo creer. Corrió a un amplio espejo de cuerpo entero que había en la alcoba y miró su reflejo. Era alta, delgada, sus cabellos rubios le caían lisos y sedosos, lo único que reconocía en ella eran sus ojos: grandes y azules. El hombre había tenido razón. ¿Dónde rayos estaba? Thomas, Thomas Alcabok, dijo llamarse. Buscó desesperada a su alrededor y no había nadie. Lo necesitaba, deseaba hacerle muchas preguntas, no sabía qué hacer, cómo comportarse, no estaba habituada a vivir como una millonaria e indudablemente lo era. ¿O no?

Giró hacia la puerta al escuchar un ligero toque. Entró una mujer de cierta edad, elegante, pero discreta.
—Paris, pequeña, ¿me prometes no volver a causar problemas? Tu padre y yo sufrimos mucho cuando te llevaron a la cárcel. No puedes seguir con ese comportamiento extraño. No te educamos para que vomitaras en los escenarios ni condujeras ebria. ¿Qué sucede contigo?
—Este no es mi lugar, este no es mi lugar... —repetía Paris, para alarma de su madre, que sin embargo, encontró en sus ojos por primera vez una extraña lucidez.
—Te hemos dado todo lo que has querido, te amamos, hija, no pareces ser tú, ¿qué sucedió con la chica dulce y educada que eras?
—Está en una esquina en algún lugar. —Afirmó con convicción Paris—. Y se llama Stefanie Mallory.


B. Miosi

viernes, 7 de mayo de 2010

Guillem López Arnal, autor de LA GUERRA POR EL NORTE. Entrevista

Amigos, hoy toca hablar de un escritor que publicará su primera novela en unos días. Se trata de Guillem López Arnal. Su blog: Leyenda de una era, en donde podrán saber mucho más de él, leer un fragmento de su obra y ver el increíble vídeo promocional de su novela. Copio su autobiografía que aparecerá en una de las solapas:


Escritor natural de Castellón. La guerra por el norte es su primera novela publicada. Formado en Psicología y Ciencias políticas, se dedica a la escritura desde temprana edad. Co-fundador de Bochinche Teatro y colaborador de Teamotro ha redactado monólogos y diversos guiones para actos poéticos. Además de escribir diseña los mapas de sus historias y compone la música inspirada en ellas, así como para diversas performance y lecturas de poesía. Su último proyecto musical es la banda sonora de su novela, La guerra por el norte, de corte épico-fantástico.


—Guillem, voy a tomar una información de la pequeña semblanza que saldrá en la solapa de la novela. ¿Desde qué edad escribes y qué fue lo primero que escribiste?—Pues, como todos los que nos encontramos embarcados en esto de la literatura, escribo desde niño. El primer recuerdo que tengo es un cuento, sobre un dragón que secuestraba una princesa, garabateado en una libreta del colegio. No era muy original y encima no llegué a acabarlo, con lo que la princesa quedó cautiva en la guarida del dragón sin nadie que la rescatase. Diez años después, empujado por los consejos de un amigo dibujante, y perdido en un maremoto laboral y emocional, me lancé al doloroso periplo de escribir con una meta: publicar mi trabajo.

—¿Cuándo te diste cuenta de que deseabas escribir una novela?—Al principio escribía cuentos, pero nunca me encontré cómodo con el arte del cuentista. Buscaba estructuras más largas, con una cadencia rítmica y un desarrollo de personajes diferente al del cuento. Así que abandoné los cuentos y me lancé a la narrativa de larga distancia.

—Háblame de los inicios de La guerra por el Norte: cómo nació la idea, y si algún autor te sirvió de inspiración.—La guerra por el norte comenzó a formarse en mi mente como parte de una ópera épica. Quería escribir una historia diferente a la mayoría de obras que se pueden encontrar en la fantasía actual, especialmente en lo que toca a la lucha del bien contra el mal. En mi novela tenía que existir esa lucha, pero también debían haber un gran espectro de matices. Quería que mis personajes siguieran su camino, unas veces por el lado del bien, otras por el del mal. Que aprendiesen de sus errores y debilidades, porque al fin y al cabo son humanos. Más que inspiración literaria, mi tendencia es a buscar en el cine y la televisión, y en ellos me baso para construir la estructura de la novela. Sin embargo también hay autores que me han afectado de forma decisiva, como son: Auster, Kundera, Follet, León Arsenal, Cela, Martin, Sapkowsky.

—¿Cuánto tiempo te tomó escribirla y considerarla terminada?—Estuve seis meses escribiendo el grueso del manuscrito y otros cuatro de corrección. Pero fue una temporada de dedicación exclusiva y mucho trabajo a la que se puede sumar el año y medio de investigación y preparación de la saga. La versión definitiva se la debo a la corrección y consejo de la escritora Susana Torres.

—Como escritor, ¿cuáles son tus expectativas respecto a La guerra por el Norte?—Son bastante buenas (crucemos los dedos). Soy realista y conozco el medio en el que me muevo. El mercado literario es lo que es, y no puedes vender diez mil libros si no se han impreso más que mil. Las cosas irán poco a poco, asegurando cada paso y evitando las trampas que puedan aparecer. Así que, tanto mi editor como yo, confiamos en la novela, creemos que funcionará y se hará un hueco en el panorama nacional, pero hay que ser contenido y esperar a ver qué pasa.

—Eres un bloggero más bien discreto, ¿es una estrategia? Muchos estarían paseando por todos los blogs dejando noticias de los avances de su publicación. Te confieso que yo me enteré casi de casualidad. Y como yo, me imagino que muchos otros. ¿No confías en las redes sociales?—Al contrario, desde que descubrí el potencial de la red no he dejado de alabar las posibilidades de tal herramienta. Mírame ahora, ¡estoy siendo entrevistado por Blanca Miosi, desde Venezuela! Para mí ha sido muy importante poder entrar en contacto con tantos escritores y aficionados, recibir su consejo y apoyo. Creo que lo más importante de esta red que nos une es, justamente, que elimina barreras y fronteras. Gracias a la red, nos sentimos un poco más cerca unos de otros, y eso es de agradecer en una profesión como esta, en la que te pasas horas frente a una pantalla con la mente en lugares imaginarios. Es bueno saber que otros se enfrentan a los mismos problemas y dificultades, tanto como conocer el éxito de algún compañero.
Sin embargo, sí es cierto que mi presencia en la red es más bien discreta. Siempre he sido una persona reservada y no me gusta hacer proselitismo. Eso es algo que, a pesar de ocultarse tras el teclado, no se puede disimular.

—Cuéntame de qué trata tu novela.—La acción se situa en el norte de Kanja, el Oriente del mundo. Dos reyes se enfrentan en La guerra por el norte. Uno por la sed de ambición, el otro para que su estirpe sobreviva al presente. Una orden religiosa de fanáticos clérigos somete a la moral a un férreo control. Desde hace siglos, nacen humanos con poderes extraordinarios que son perseguidos y exterminados por la misma excelencia que les hace diferentes. En este contexto, un gran poder se manifiesta en dos adolescentes, una fuerza universal que les unirá en el destino a través de aventuras y batallas.

—¿Cuándo será el lanzamiento?—La fecha de salida será el próximo diez de mayo, aunque ya se puede reservar en la librería electrónica de Cyberdark.

—¿Y a partir de cuándo estará en las librerías?
—Contemos que habrá algún retraso aunque de momento todo va sobre lo previsto. Antes del quince de mayo espero que se pueda encontrar en las estanterías.

—El proceso de publicación del que se habla como difícil, suele ser lento, cuéntame cómo llegaste a publicar. ¿Tienes agente literario?—Pues no tengo agente, y no es porque no lo haya intentado. Cuento con que una vez la novela salga a la venta y, si todo funciona como esperamos, sea más fácil encontrar uno. Aunque las agencias llevan años con el cupo de escritores al completo. Suena manido, pero es cierto si digo que la clave para llegar a publicar es la persistencia. Eso y tener algo de mano izquierda, claro. Las negativas siempre son duras, pero no conozco ningún autor que no haya recibido la típica carta editorial. En ocasiones uno tira la toalla, se decide por otras cosas, pero al final la literatura siempre vuelve y te encuentras frente a la libreta, tomando notas para otra novela.

—El mercado literario en estos momentos atraviesa por un período crítico. Dinos por qué el público debería comprar y leer tu novela.—¿Por qué deberían leerla? Porque ésta es una de esas novelas que se te pega en las manos y te encuentras de madrugada, robándole horas al sueño. La guerra por el norte es la clase de libro que cuando acabas un capítulo es imposible no comenzar a leer el siguiente, y eso es algo de lo que me siento orgulloso.

—¿Crees que en la actualidad se lee menos?—No es que yo lo crea, es estadístico. El hábito de la lectura como tal está desapareciendo cual rocío veraniego. Sin embargo, también es cierto que la gente que lee lo hace con regularidad, y hay una gran cantidad de jóvenes seguidores de la literatura de género que mantienen viva la épica.

—¿Cuáles son tus preferencias literarias?—Soy un poco enamoradizo en el sentido literario, y mi atención es tan volátil que descubro nuevos amores con cada obra maestra que cae en mis manos. Los últimos romances que he tenido: La maravillosa vida breve de Oscar Wao, La casa de los encuentros y Narrenturm. De la misma forma que descubro estos libros maravillosos al estilo “flechazo”, soy poco paciente y abandono muchos otros, a veces, de forma precipitada.

—¿Cuál es la diferencia entre escribir una novela y un guión de teatro?—Son lenguajes totalmente diferentes en cuanto a las formas narrativas que emplean. La novela utiliza un narrador que dibuja para el lector y lo encamina. En el teatro, el diálogo sirve para desmenuzar al personaje y hacerlo real, tanto en sus parlamentos como en sus silencios. Tener una visión teatral de los personajes me ha ayudado a dialogar mi novela, en el sentido en que puedo dejar que hablen o callen con su propia voz en mi escenario.

—¿Y tus preferencias musicales?—Pues me gusta cualquier tipo de música mientras me aporte creatividad y el sentimiento que busco en cada momento.

—¿Tienes otro proyecto literario en camino? ¿De qué se trata?—Estoy trabajando en la segunda entrega de la saga Leyenda de una era, que se titulará Dueños del destino, con la intención de que salga antes de dos años.

Muchas gracias Guillem por mostrarnos tu parte menos conocida, ha sido un verdadero placer conversar contigo. Te deseo mucho éxito con La guerra por el Norte.
B. Miosi

lunes, 3 de mayo de 2010

Blanca Miosi en CAMBIO16


En el número de la semana pasada de la revista CAMBIO16, salió publicada una entrevista que me hizo Teo Palacios, a quien agradezco muchísimo por darme la oportunidad de seguir en cierta forma vigente. Les paso el enlace:

www.teopalacios.com/pdf/Blanca.pdf

¡Muchas gracias Teo!
También me llegaron noticias de El legado desde Perú: En la mayoría de las librerías de Lima, especialmente de la cadena de Librerías Crisol, está agotado. Noticias Cortesía de Marco Ciccia, quien se dio el trabajo de recorrer las librerías buscando la novela. Desde aquí un saludo cariñoso, ¡y muy agradecido!