domingo, 25 de agosto de 2013

¿Estar en Twitter es perder el tiempo?

En julio pasado se cumplieron exactamente dos años desde que empecé a publicar en Amazon. Quién hubiera dicho que al hacerlo el rumbo de mi carrera como escritora iría a cambiar tanto.

La primera vez que subí mis novelas lo hice con todo el temor del mundo, pues no sabía si lo que estaba haciendo era correcto, pero por suerte las indicaciones eran muy claras y sencillas hasta para alguien como yo, poco acostumbrada a manejarme en Internet (registrarme en alguna página ya significaba un terrible reto, y no digan de Facebook, tardé varios meses en ponerme al corriente de ese mundo "amigable" y al mismo tiempo tan huraño).

Los primeros meses fueron en blanco, lo que quiere decir que no vendía ni medio libro. Al tercer mes como si se hubiesen despertado de un largo letargo mis libros empezaron a aparecer en los informes de ventas, y ya para finales del 2011 vendía con frecuencia diaria. Noviembre y diciembre fueron meses claves para mí. Uno de mis libros despegó como un bólido y lo demás fue cuestión de suerte.

Una editorial conocida me contactó y publicó dos novelas, una de ellas inédita, y yo me animé a publicar otras que ya tenía escritas como independiente. 

Fue en 2012 en los que empecé a incursionar con mayor fuerza en Facebook y quise probar en Twitter, una plataforma a la que no le veía mucho atractivo, pero que ahora la considero imprescindible para cualquiera que desee propagar su obra a los confines del planeta. En Twitter lo importante es a quién seguir, mantener una relación "cercana" con las personas que frecuentan nuestro Time Line, pero también buscar nuevos seguidores fuera del ámbito conocido, es la única manera de expandirse, pues de lo contrario queda uno secuestrado por el mismo círculo de seguidores.

Aprendí que en las redes sociales se deben seguir ciertas reglas de cortesía, las cuales no tomaba en cuenta al principio, sobre todo en Facebook. Hoy sé que se deben respetar al máximo las biografías o "muros ajenos". Invadirlas con una noticia que no incumbe al titular es faltar a la más elemental educación, por más amistad que exista.

Yo suelo etiquetar a otros cuando la noticia es directamente de su interés, pero no se me ocurre poner en su muro algo que únicamente me concierne a mí.  Sé que muchos lo hacen para aprovechar la popularidad del "amigo", pero desde ya les digo que eso no se debe hacer por varias razones, una de ellas es que si por ejemplo, acabo de postear una noticia que es de importancia para mí, llega otro a ponerme la suya encima. No me queda más remedio que borrarla. Casi nunca lo hago, pero de vez en cuando tengo que hacerlo.

Y al igual que digo que tampoco se me ocurre criticar a los que tuitean con frecuencia, no concibo que alguien me diga a mí qué debo publicitar en Twitter. Sin embargo hay escritores que se toman la molestia de decirme que no debería hacerlo, no sé a cuenta de qué, cuando ese sitio existe justamente para hacer publicidad y dar noticias.  Como yo no soy periodista ni me considero capacitada para dar el reporte del tiempo, ni tampoco me interesa que los demás sepan si almorcé, me enamoré, si estoy cansada o si mi marido me abandonó, lo que hago es hablar de los libros de mis amigos y obviamente, de los míos.

Es curioso, pero cierta vez una escritora me dijo que no debería de promocionar tanto mis libros, y después ella me pedía RT (retuitear) su novela. Ahora la veo  en Facebook en cuanto grupo existe promocionando su libro. Lástima. Si ella supiera moverse mejor en Twitter su noticia llegaría no solo a su círculo de amistades, sino a quienes verdaderamente debería llegar.
También se da el caso de que amanezco con veinte seguidores nuevos, y apenas empiezo a tuitear dejan de seguirme unos cinco, son generalmente los que tienen poquísimos seguidores, lo comprendo, pues su Time Line se llena con mis noticias aunque no las lance una detrás de otra. No obstante mi número de seguidores crece día a día, calculo que para fines de este mes tendré 4.000 y para finales de año unos 7.000 si sigue el mismo ritmo.

Otro hace muy pocos días me dijo que me dejara de "gilipolleces" y me dedicara a trabajar. Como si estar en Twitter no fuese parte de mi trabajo de escritora. Supongo que sería un escritor frustrado que no vende lo suficiente y piensa que estar en Twitter es perder el tiempo. A mí me da muy buenos resultados y las pruebas están a la vista, de las siete novelas que tengo cinco de ellas están de manera permanente en las listas de los más vendidos. Pero ya me voy acostumbrando a que gente para mí desconocida interfiera en mis quehaceres,así que solo les doy una importancia anecdótica.

Hoy en día mis novelas son retuiteadas en Australia, Reino Unido, Norte, Centro y Sudamérica, Japón y la India, justamente porque mis seguidores son globales, y así como ellos promocionan mis libros yo los promociono en mercados que para ellos son nuevos y poco conocidos.

¿Qué he conseguido a través de las redes sociales? No solo que mis libros interesen a editoriales, también a grandes agencias literarias, emisoras de radio, revistas, páginas web... también me han contactado para comprarme los derechos de traducción de mis novelas, como es el caso de La búsqueda al francés, y El manuscrito al turco. Este año saldrá La búsqueda en inglés y próximamente en polaco, ¡y todo eso a través de Twitter y Facebook!

No sé cuánto tiempo más prosiga Amazon como la plataforma más visitada de libros online y físicos; hoy por hoy la librería más grande del mundo, solo sé que seguiré vendiendo por allí y seguiré publicando mis libros próximos a salir: El manuscrito II El coleccionista, Jardines mágicos, Dos caminos un destino y El pacto, que actualmente están en revisión.

Una prueba de que sí trabajo, además de incursionar en las redes sociales.

¡Hasta la próxima, amigos!

jueves, 15 de agosto de 2013

CAMINO AL ÉXITO ¿Es esto posible?

Guy Kawasaki
Algunas personas que me escriben sugieren que debería publicar un libro que enseñe el camino hacia el éxito en las ventas de libros digitales.

Prefiero no hacerlo. No me siento capacitada para ello, más habiendo ya un libro que espero algún día sea traducido al español, como es el de Guy Kawasaki. "How to Publish a Book".

Sin embargo, creo que lo que hace que un libro vaya a las listas y se ancle largo tiempo en ellas no es el marketing o el impulso que se le pueda dar hablando del libro en cuestión en las redes sociales, o hacerse de un nombre a fuerza de ser repetitivo.

Lo que verdaderamente ancla a un libro es su contenido, la manera como está narrado, y el que sea verdaderamente original. Los lectores empiezan a saturarse de las historias repetitivas. (Visité en estos días uno de los blogs de reseñas más exitosos: «ElUniverso de los Libros” y de 89 respuestas, 2 de ellas afirmaban que leerían el libro reseñado, de romance erótico; en las 87 restantes dijeron estar hastiadas de esa literatura).

Raymond Carver 1938-1988
Por otro lado, si escribo un libro para indicar el camino al éxito, y este resulta un fiasco y se sitúa fuera de las listas, sería el peor ejemplo de un libro que enseña cómo ser exitoso. No concibo que un libro de esa clase no se encuentre en el primer lugar, o al menos entre los primeros de los más vendidos. Así que por ahora no pienso escribir nada parecido, me conformo con dar algunos tips desde esta, mi trinchera, que es donde creo ser más útil y puedo dar ciertas ideas para que un libro capte el interés del lector.

En un prólogo de Raymond Carver al libro de John Gardner "Cómo escribir una novela", resaltó ante mis ojos el siguiente párrafo:
[Gardner] Creía en la revisión, la revisión interminable; era algo muy serio para 
él y que consideraba vital para el escritor en cualquier etapa de su desarrollo como tal. Y nunca perdía la paciencia al releer la narración de un alumno, aunque la hubiera visto en cinco encarnaciones anteriores.
Y creo que es una de las partes más importantes en el camino al éxito de una novela. Pero esta para mí, es la que se lleva la palma:
Me hacía una crítica concienzuda, línea por línea, y me explicaba los porqués de que algo tuviera que ser de tal forma y no de otra; y me prestó una ayuda inapreciable en mi desarrollo como escritor.
¿Y saben por qué?

Fernando Hidalgo
Porque yo también tuve el privilegio de contar con una persona que se tomó el trabajo de enseñarme a escribir. Creo que lo hizo porque para él fue algo así como un reto personal.  Casi un año después comprendí qué era escribir con propiedad. Esa persona es mi amigo Fernando Hidalgo, a quien siempre menciono y estaré agradecida de por vida por su ayuda.

Pero creo que todo hubiera resultado en vano si yo no hubiese contado con un mínimo de talento, algo de imaginación y mucho de perseverancia. Es fácil darse cuenta cuando una persona escribe de manera atractiva, porque no solo sus novelas y cuentos son irresistibles; también una carta, un artículo o una entrada en el blog. Y probablemente ello se extienda hasta las 140 palabras en Twitter.

En el prefacio de “Cómo escribir una novela”, el autor, JohnGardner, dice:
Este libro es, en cierto sentido, elitista. Con esto no quiero decir que lo haya escrito para ese novelista tan especial que desea llegar únicamente a un reducido círculo de lectores refinados, instruidos y sutiles, aunque a tal escritor le recomendaría el libro, como ayuda y como argumento en favor de la moderación. El elitismo a que me refiero es más comedido, más de clase media. Escribo no para los que desean publicar a toda costa, sino para los que quieren llegar a hacerlo con algo de lo que sentirse orgullosos: ficción seria, honrada, novelas con las que los lectores disfrutan leyéndolas más de una vez, ficción con visos de perdurar. La destreza —la manera de hacer de quienes eluden el efectismo fácil, no toman atajos y se esfuerzan por no engañar nunca, ni siquiera acerca de las cuestiones más triviales (como, por ejemplo, qué objeto concreto escogería un hombre encolerizado para arrojarlo contra la pared o si determinado personaje diría «no» o el más rotundo «ni hablar»)—, en resumen, esa destreza entre cuyos méritos está el esmero que demuestra, proporciona placer y produce la sensación de que la vida vale la pena vivirla no sólo al lector sino también al escritor.
Este libro es para el novelista que ya ha llegado a la conclusión de que es mucho más satisfactorio escribir bien que escribir sólo lo suficientemente bien como para poder llegar a publicar.
Y no puedo estar más de acuerdo. Porque da una íntima satisfacción saber que lo que se ha escrito es bueno, no porque el que lo diga sea el autor, sino porque en realidad está convencido de que es bueno, y para saberlo tiene antes que aprender a escribir apropiadamente y corregir hasta el cansancio; debe saber aceptar sus errores y no sentir pereza de corregirlos.

Así que para aquellos que esperan una respuesta a su pregunta ¿Por qué no escribo un libro acerca de cómo llegar al éxito?, es que no me siento capacitada para hacerlo. El éxito es muy relativo. Sé de autores que son escritores excelentes y eso de por sí ya es un éxito. Lo importante no es vender muchos libros. Lo crucial para un escritor es que sus libros sean leídos y recordados, y de ser posible vueltos a leer. Ese es el que yo considero el verdadero éxito. Lo demás es superfluo y pasajero.

¡Hasta la próxima, amigos!
Blanca Miosi

domingo, 4 de agosto de 2013

Un tema recurrente: II Guerra Mundial

La II Guerra Mundial fue una de las más trascendentales de la historia, cuyos ribetes lindan con la ciencia ficción, desde todo punto de vista. Desde una teoría racial aria pasando por la parte mitológica; la capacidad científica de los alemanes en la fabricación de armas de largo alcance; los campos de concentración que albergaban en calidad de esclavos a millones de muertos vivientes y todo lo acontecido en esos infaustos seis años se confabula para que sea caldo de cultivo de toda clase de novelas, teorías y suposiciones ambientadas convenientemente en aquellos años.

Una de las primeras novelas que leí hará unos veinte años acerca del tema nazi fue “El séptimo secreto” de Irving Wallace, pero no fue sino hasta hace unos ocho años que el tema me interesó tanto como para escribir “El legado”.

A pesar del tiempo transcurrido de la finalización de la guerra, existe una amplia literatura de ficción al respecto, algunos de ellos de compañeros escritores, como Félix Jaime con "Elhombre de Grafeneck" y Daniel De Cordova con “La estrella de David”. "El péndulo de Dios" de Jordi Díez tambíen toca el tema nazi y últimamente tuve oportunidad de leer otra novela muy buena: “Falsos dioses”, de Peter Joseph, ambientada en plena conflagración de la II Guerra. Y alguien a quien no podría dejar por fuera es Rafael R. Costa, quien tiene varios libros sobre el tema, entre ellos uno que leí y me encantó: "La interpretadora de sueños".

A los nazis se les ha atribuido gran cantidad de eventos, algunos con base y otros sin ella, pero las características de los personajes que tuvieron que ver en esa guerra son por sí mismos novelísticos: Churchill, Eisenhower,Patton, Rommel, Charles de Gaulle, Montgomery, Roosevelt, Stalin, Mussolini, Hiroito entre muchos y, por supuesto, Adolf Hitler. Y la realidad fue que la calidad de los científicos alemanes, entre ellos los judíos alemanes como Albert Einstein, estaba por encima de los de la época. Los que fueron acogidos por los Estados Unidos iniciaron el programa espacial de la NASA, y a Mengele se le atribuyeron toda clase de teorías acerca de la inmortalidad de la raza, que han servido para dar vida a enorme cantidad de literatura de todo tipo, aunque la realidad haya sido diferente.

A pesar del tiempo transcurrido fueron unos eventos que han permanecido en nuestra memoria porque la literatura y el cine se han encargado de que los recordemos, y puedo decir que he puesto mi grano de arena a que ello ocurra: tres de mis novelas tocan el tema, dos de ellas de manera directa: “La búsqueda” y “El legado”“El manuscrito I Elsecreto”, lo hace en menor grado, pero el tema es una de las bases de la novela.

En un género dominado básicamente por escritores masculinos como es el militar, tengo el honor de que mi novela “El legado”, ocupe el primer lugar en esa categoría desde hace dos años en Amazon.com; en ella la figura de Hitler es co-protagónica con la de Hanussen, otro personaje que existió y forma parte de la historia.

También tuve el privilegio de vivir al lado de un hombre que vivió en carne propia los rigores de esa guerra, y que por cosas del destino me dijo: “Quiero que escribas mi historia”. Y así lo hice. Es mi novela “La búsqueda”.

¡Hasta la próxima, amigos!